- Juanito, ¿tú tienes facebook?
- Sí , pero apenas lo uso; ¿por?
- Alguien ha hecho una página que se llama JUAN IGNACIO JUSTICIA y pide
el esclarecimiento del asesinato.
- ¡¡No jodas!!, ¿quién?
- Un desconocido, un tal Luis Mombiela, de Barna.
- ¿De Barna?, como no sea un pseudónimo de Ernesto o de los Oriente o
qué se yo. . .
- Entra y míralo.
- No se si sabré.
- Es fácil, escríbelo tal cual en
el buscador.
A veces, las cosas mas
importantes se las tropieza uno en el camino de la vida sin pretenderlo. Un
amor, un trabajo, una causa abandonada por todos...
La ACIMJI nació sin mas
pretensión que recuperar el nombre de un camarada caído y dignificar el de una
generación altruista perdida para la militancia en su pulso con el sistema. Una
página en una red social con apenas un centenar de visitas, unas fotos
antiguas, unos viejos camaradas que se reencuentran... y una causa justa. Antes
del año la página había pasado de los 1.000 miembros, de las 500 fotos
históricas y, además de la reivindicación de la memoria cuyo titulo ostenta,
fue el soporte de encendidos debates históricos, políticos y sociales. El
germen había sido sembrado mucho, pero que muchísimo tiempo atrás, acaso cuando
aún andábamos en pantalones cortos; solo faltaba un pequeño incentivo, un
pellizquín en los huevos, para volver. Y es que, como dice el gran Llácer, “ al
que le picó el Bicho no tiene cura “. Huelga decir que “el Bicho“ es el
fascismo. Y no, no tenemos cura.
El reencuentro virtual pronto
exigió el calor humano y en enero del 2011 y en los locales del que había sido
despacho profesional del Jefe renovamos un juramento que jamás había muerto en
nuestros corazones, solo estaba dormido. Dormido porque a base de moratones,
cicatrices y largos periodos de soledad, creían haberlo doblegado; pero no, tan
solo dormitaba. El Bicho, ya sabeis.
En aquella reunión se firmó la primera acta de “la Juan Ignacio“.
Algunos de aquellos fundadores ya no están físicamente, volvieron a sus
cuarteles de invierno, aunque siempre podrán decir y será cierto que su aliento
inicial fue parte importante para levantar esta bandera que hoy orgullosamente
defendemos. Otros aquí seguimos. ¿La idea original del natalicio?, lo ya
citado: contar quién fue Juan Ignacio Gonzalez Ramirez. Afirmar sin temor, por
qué y quiénes lo mataron, intentar desenmascarar a los culpables y rehabilitar
el nombre de un partido que se perdió en el incendio de la transición española
dejando cadáveres donde había esperanzas, el "Frente de la Juventud".
Como nos pareció que aquello no
era suficiente decidimos además ocupar un hueco que existía en el patriotismo,
el de la memoria histórica. Todos los nombres y los hechos que visitieron el
negro telón falangista debían ser reivindicados, y toda agresión (eran los
tiempos gloriosos del zapaterismo) debía tener la ajustada respuesta. Muchas
ideas se lanzaron sobre aquella mesa de trabajo; un libro, una web, una suerte
de denuncias, incluso algunos pactos... todo aquello se fue diluyendo por
aburrido, reiterativo y vulgar. Debíamos ser ambiciosos, frescos, diferentes:
una película de una hora de duración con testimonios de personas que son
historia viva de lo que nos hicieron a todos los españoles con el engaño de la
transición. Especialmente a los fascistas.
Y una manifestación por nuestros caidos, pero no una "mani"
cutre de estas que no interesan a nadie. No, tenía que ser un acto que
escenificara el verdadero homenaje del camarada a todos aquellos a los que
quitaron la vida en su lucha por una España mejor. Tenía que ser una marcha al viejo
estilo fascista, un cortejo en silencio sepulcral en el que nuestras banderas
iluminadas por el fuego purificador hablaran por nosotros y escupieran a la
cara de nuestros adversarios nuestro desprecio y a los ojos de los paseantes,
nuestro orgullo. Os aseguro que es mas fácil decirlo que conseguirlo. Ya
llevamos tres. Y la película ahí está para la posteridad. Además pusimos en
marcha un acto diferente, con un formato actual y con contenidos para el
combate político que este siglo requiere, la PRIMAVERA ESPAÑOLA; un acto que
quisimos que fuera itinerante no solo para que nuestra voz se oyera en toda la
vieja Piel de Toro, sino para demostrar a todo el patriotismo la importancia
que tiene salir fuera de la capital si queremos renovar el viciado mundillo
militante.
Hemos crecido. Definitivamente desde aquella pagina del "Sito
Mombi" hasta el dia de hoy, hemos crecido en todos los sentidos. En
militancia desde luego, pero también como escuadristas, como organización, en
ambición y por supuesto, como personas. Conseguidos aquellos quiméricos
objetivos iniciales, hoy ya no renunciamos a nada; mirando hacia atrás
sonreímos y nos decimos “lo hicimos porque nadie nos dijo que era imposible“.
Ahora solo miramos al horizonte, pisamos fuerte con la contundencia del que
está convencido de lo que hace y ya solo podemos aspirar a una cosa, ¡¡ganar!!
.
J. A. LARREA
06/04/2014
06/04/2014
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