El separatismo, con sus tres traidores en la tribuna del Congreso enviados por la Generalidad, ha vuelto a decir lo mismo: seguir adelante con la consulta para desmembrar la Nación. De poco sirve que el Congreso haya rechazado por gran mayoría el envite de Mas. El separatismo llegará hasta el final.
Desde la Federación Reconquista no achacamos esta situación en exclusiva al secesionismo, pues su traición es transparente, sino a los supuestos defensores de la unidad que han permitido durante décadas este escarnio. Los votos en contra no han tenido más que una argumentación: la “sacrosanta” Constitución de 1978. Absurdamente nuestros diputados se han ceñido a la entronización e idolatría de la llamada Carta Magna, principal responsable de alimentar los movimientos separatistas. La misma que fue reformada por la partitocracia para obedecer la dictadura de Bruselas.
La Federación Reconquista entiende que hay algo mucho más importante que una simple Constitución: la unidad y la vertebración de la nación más antigua de Europa. Por consiguiente, la defensa a ultranza de nuestra Soberanía ante un gobierno separatista que ni cumple las leyes ni pretende hacerlo, con el añadido de la total dejación del ejecutivo de Mariano Rajoy y hasta el apoyo de una parte del parlamento ante tamaño problema.
Por ello, mientras los "creyentes" constitucionales siguen jugando a leguleyos, muchos de los que han dejado de "creer" o nunca "creyeron" estamos por la labor de no resignarnos y pelear por la Unidad y la Soberanía de nuestra Patria, las cuales ni se votan ni negocian. Más de mil años de historia nos avalan.
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