Ya advertíamos hace unos días del show mediático que vendría a colación de los atentados yihadistas en París y así está siendo. De ello, como se comprueba, no escapan ni los medios de comunicación localistas.
Un conocido diario de la capital alerta que en la llamada mezquita de Jaén ha aparecido una pintada que reza "Islam fuera de Europa", la cual ha levantado todas las alarmas de este periódico. Un hecho puntual, completamente aislado y anecdótico. Punto. Parece como si la ciudad de Jaén se hubiera alzado en armas contra la población mahometana que reside en nuestra localidad. Lo que pasa es que hay que azuzar los fantasmas y poner a rodar la palabra de moda en estos días: islamofobia.
Ahondando en esto no deja de ser gracioso que quien alerte, no nos engañemos, sea un diario conocido por su afinidad al Partido Socialista (perteneció durante muchos años al Grupo Prisa). Decimos gracioso porque dicho partido es en España el paladín del laicismo y no hemos visto que se haya rasgado nunca tanto las vestiduras respecto a ataques a otra religión. En cambio miran hacia otro lado cuando los ataques los recibe la que es, por mucho que pueda estar perdiendo fieles, la fe mayoritaria de nuestra nación. Porque hagamos memoria... ¿Acaso olvida este periódico las pintadas anticatólicas que durante años se han realizado en el convento de las Bernardas de la capital? ¿No ha observado como muchos de los muros de la ciudad en los que hay pintadas anticatólicas rezuman un odio visceral acompañada, en muchas ocasiones, de simbología anarquista y hembrista (traducido al "progre" feminista)? Eso no es noticia, pues si es contra los católicos es libertad de expresión. Igualmente que si los ataques los recibe Iberia Cruor en su local todos los meses amenazándonos hasta de muerte también brillan por su ausencia en dicho diario. Pese a ello, queridos amigos, no montamos ningún circo.
El remate de toda esta historieta son las palabras de uno de los portavoces de la comunidad musulmana en Jaén. Dicho individuo en la noticia afirma que "el Islam lleva siglos en Europa y que no está relacionado con la inmigración, que es algo que la gente confunde". Desconocemos si este señor desayunó algo raro aquel día porque las declaraciones tienen miga. Decimos esto porque el Islam no lleva siglos en Europa sino todo lo contrario. Fue literalmente expulsado de nuestro continente y su reaparición, salvo en algunos países balcánicos, es más que reciente y procede de un par de décadas a acá. Como sospechamos que ha de saber de historia, pero le conviene olvidarla, le recomendamos leer sobre quien fue un tal Carlos Martel y que busque en una biblioteca que fue la invasión musulmana de España del siglo VIII y las persecuciones a que fueron sometidos los cristianos. Sobre todo que haga hincapié en una cosa llamada Reconquista, la batalla de Lepanto o la revolución griega del XIX contra la ocupación otomana. Todos ellos, junto con otros muchos hechos, pusieron freno a la islamización de Europa. La llamada "convivencia pacífica" entre religiones y culturas (que es lo que pretende vendernos) es un mito muy manido. Poco nos importa que sea musulmán, pero que no nos intente tomar por lerdos.
Aun así, lo más lamentable es su cinismo. Aunque no lo quiera reconocer hay millones de musulmanes en Europa, entre otras muchísimas cosas, por las lunáticas políticas migratorias masivas de las democracias occidentales, la financiación de mezquitas por parte de petrotiranías wahabitas como la de Arabia Saudí (bien que se lo calla) o a las guerras patrocinadas por la OTAN para derribar los regímenes aconfesionales de Siria o Libia, disfrazadas de "primaveras árabes", que no son otra cosa que "otoños negros". Por mucho que Hollande y que todos los dirigentes congregados ayer en París lloriqueen ahora contra el radicalismo.
Nosotros somos los primeros que sabemos muy bien que en el Islam hay formas diferentes de interpretación. Conocemos perfectamente que no es lo mismo un suní que un chií, al igual que sabemos que los yihadistas y takfiríes (casi todos suníes, por cierto) persiguen a sus supuestos hermanos de fe y otras minorías en Irak y Siria. La pregunta que deberían hacerse tanto el alarmado periódico como el portavoz de la comunidad islámica de Jaén son las siguientes: ¿Por qué siempre son los mismos los que llevan a cabo atentados en nombre de la fe? ¿Han hecho lo suficiente las comunidades musulmanas en España y Europa para aplacar derivas integristas en algunos de sus fieles? ¿Quién ha financiado, armado y movilizado a estos grupos desde occidente? No habrá respuestas. Importa más la pintada de marras. Que siga el show.
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